
Si fuera poeta me lanzaría esta noche a la calle llena de agua de lluvia, resistiría, me acomodaría, quizás hablaría con el Dios que oculta la luna o me asombraría de permanecer seca entre tanta hoja desnuda; si lo fuera, esta tormenta de invierno sería de primavera, el calor del fuego abrasaría y con la boca abierta atraparía gotas de vida.
¿Soy poeta?
Soy una ilusa que cree que todo es posible, que juega con la energía del pensamiento a tocar el techo del milagro, soy un haz de ramas recién cortadas y veloz, pero pierdo la carrera.
Me asusto ante las nuevas experiencias que comienzo, pero lo hago y resulto de ellas como un sol amaneciendo. Me atrevo con el amor. Admiro el tiempo, la paciencia, la compañía y la ternura. Me apetece recordar que puedo y debo ser feliz y disfrutar de la lucidez mental.
Cae la lluvia, llueve, rezuma el cielo y el tejado se oxida, cae la lluvia, eternece la lluvia, consuela…