La ratita
Era la historia de una ratita que presumía de tener un lazo rosa en la cola y que buscaba el compañero que tenía que existir, de lo contrario no habría cuento.
A continuación del hombre
Hablar por los codos y con los dientes, decirte que sí, que te quiero, arrodillarme delante tuyo y esconder la cabeza entre tus rodillas para oír como pisas el suelo con los pies desnudos. Huir de los pasajeros, mirarte desde abajo y desearte como un nómada del desierto desea el agua, con sed.
Hombre en amor
Me encontré un día hablando de ti a toda la gente que, inasible, encontraba a mi paso: algunos me miraron con desprecio, otros sonrieron, otros comprendieron.
Me encontré en medio de la calle gritando al cielo tu nombre y el cielo se mantuvo firme en su reserva, entonces eras tan infinito que ni el espacio que había entre nosotros era suficiente para amar, ¡qué arrogante el aire cuando levanta el aire!.
Tu risa paralizaba la ola y besaba la espuma, me encontré hablando, un día me encontré hablando y tú eras un sueño.