Elefante se ha roto la pata, el pobre no puede moverse y necesita cuidados intensivos además de calmantes y cariño, su pedazo de pierna está hinchada, sus ojos lacrimosos; le hemos puesto sobre una manta en el césped del jardín, de noche le tapamos con pura lana virgen. En el fondo de su tristeza se ve que lo de no poder hacer nada por sí mismo le importa un pimiento, pero la selva, eso sí que le duele.