La locura anda suelta
corriendo siempre poseída y posesa,
es una nube negra,
un sol resplandeciente,
el árbol florecido,
la luna vigilante;
sonrojada por cualquier cosa
enojosa y aterrizada,
ruedas descoloridas
la aprisionan sobre el asfalto,
consultora de páginas en blanco
y tan cruel con el alma a veces,
que después de su lluvia
sólo crece la incertidumbre.