Ni sol ni sombra por nosotros velan,
en pos de lo desconocido
siempre es mejor soñar,
todo era gris, oscuro,
tú querías llamarme
pero llovía a cántaros
yo quería esperarte
pero el día era noche,
teníamos además tanto sueño,
que nos enredamos adrede
en una pesadilla.