La tristeza es un campo
de girasoles secos
la vida se perfila a cada paso
a cada paso cada sombra
un todo unido por una misma hebra
cada mediodía en el cenit
desde el principio y hasta el fin
la misma persona de siempre
un todo compactado
con identidad propia
los cien errores y los cien perdones
y esa es en definitiva la gloria
quizás ya no son enemigos
una mujer, unos niños, un hombre
o es en la esquina de la calle aquella
donde perdí el miedo
o donde hallé el miedo
y camina y descansa
el camino sea cual sea
entre los muchos acontecimientos
se multiplican las preguntas
como la hora de las caricias toscas
continúa el destino
de las caricias toscas
hasta que entra el murciélago
y se deshace la ventana.